Frente a la expectación de las apps, los equipamientos turísticos y patrimoniales de nuestras ciudades también han querido subirse al tren de la innovación con el propósito de encontrar nuevas formas de atraer y fidelizar a sus visitantes reales, e incluso pensando en los virtuales. Pero este objetivo es inalcanzable si los creadores del producto no asumen un arduo trabajo en el que deben ser capaces de definir y diseñar una experiencia de interacción entre visitante y monumento que resulte más cómoda y enriquecedora.
Es crucial para el diseño conceptual de una app prometedora que la entidad responsable decida cuál va a ser su objetivo concreto y mida el valor añadido que ésta puede dar al entorno real partiendo siempre de un severo análisis de múltiples factores críticos vinculados a este entorno. Pueden existir apps con una orientación práctica -sobre todo en estas apps la geolocalización es fundamental-, apps con una orientación cognitiva o, más bien dicho, apps cuya función es culturalizar al visitante proporcionándole información sobre el patrimonio, algunas veces, a través de mecanismos de realidad aumentada. Pero, si queremos incentivar el interés cultural, también podemos jugar con apps de ocio o de “turismo cultural gamificado” las cuales combinan mecánicas de juego y características de los modelos anteriores a lo largo de nuestra ruta turística.
Existen varios ejemplos de instituciones que han aprovechado las ventajas de la geolocalización para la puesta en marcha de sus propias aplicaciones. Entre las grandes ciudades, destaca Bilbao con su app iBilbo, que dispone de información para el visitante e integra la realidad aumentada por coordenadas para proporcionar más información sobre el lugar a través de la cámara sin necesidad de marcadores. Ciudades como Valladolid, Santiago de Compostela, Cádiz o Castellón ya disponen de apps turísticas de este tipo.
Si queremos descubrir la Barcelona de Gaudí, la ciudad condal nos brinda la app Gaudí BCN que ofrece más de una hora de audio para conocer el legado de edificios modernistas que Antoni Gaudí dejó en Barcelona: La Sagrada Família, el Parc Güell o la Casa Batlló, por ejemplo. La audio-guía describe los edificios emblemáticos durante la visita, y también pone en relieve la figura de Gaudí y el Modernismo. Este contenido va acompañado de piezas musicales y efectos de sonido e incluye, además, información práctica sobre el acceso a los edificios y los horarios.
Siguiendo por la misma línea, la app Medieval BCN ofrece contenidos de audio para descubrir la arquitectura románica y gótica de la época medieval de Barcelona. Tiene el mismo sistema de geolocalización que la Gaudí BCN.
Barcelona Visual, desarrollada por el Arxiu Fotogràfic de Barcelona, ofrece una selección de fotografías antiguas georeferenciadas de las calles barcelonesas que pertenecen a la colección del Arxiu. Entre otras particularidades, en esta app una funcionalidad basada en la realidad aumentada permite superponer la imagen de la vista actual de la calle con la de la fotografía antigua.
Si nos desplazamos un poco más hacia el sur, podremos jugar a los dragones con La brújula de Ili Palmir. Se trata de una app orientada al turismo familiar para visitar la ciudad de Elche y que integra mecánicas de gamificación. Con esta app, adultos y niños pueden recorrer la ciudad aprendiendo y jugando. En este caso, la mecánica de juego consiste en seguir a un explorador, mientras que el usuario sigue el mismo trazado de ruta por el casco histórico de Elche, con el objetivo de encontrar los dragones ocultos en los puntos turísticos del centro de la ciudad.
A medida que el desarrollo técnico de una app se vaya convirtiendo en un proceso más ágil y cuente con claras metodologías basadas en la elaboración del contenido, es posible que en el futuro se crean apps muy diversificadas dentro del ámbito cultural, que cuenten con funciones muy específicas y vayan destinadas a públicos muy segmentados. El desarrollo personalizado podría dar lugar a aplicaciones adaptadas a distintos perfiles y a distintas casuísticas, lo que permitiría crear nuevas experiencias.