China pondrá en marcha en octupe, si se cumplen las previsiones, una ley para ‘enseñar modales’ a sus turistas. Consistirá, en líneas generales, en una serie de pautas de comportamiento para los ciudadanos chinos que viajen al exterior e incluirá sanciones económicas para aquellos que las incumplan, según informó la agencia de noticias Xinhua.
El Gobierno chino intenta corregir malos comportamientos de sus ciudadanos en el extranjero tras varios incidentes diplomáticos. De hecho, el Ministerio de Asuntos Exteriores del país reconoció que aproximadamente la mitad de todos los casos atendidos por los diplomáticos más allá de la frontera china se deben a comportamientos inadecuados de sus turistas.
“Din Jinhao estuvo aquí”
El más reciente de ellos ocurrió el pasado mes de mayo, cuando un joven chino de 14 años pintó en una de las paredes del templo de Luxor (Egipto), una de las reliquias culturales más admiradas del país, que data de hace 3.500 años.
El adolescente escribió “Din Jinhao estuvo aquí” en una escultura de piedra, un suceso por el que sus padres tuvieron que pedir disculpas y que generó fuertes protestas a través de las redes sociales.
Numerosos touroperadores europeos también se han quejado de los malos modales al señalar que cada día son más los turistas chinos que refrescan sus pies en las fuentes del Louvre en París o que abusan de los bufet de los hoteles desperdiciando excesiva comida.
Primeras medidas
El Ejecutivo ya puso en marcha el pasado mes de julio una serie de recomendaciones sope “turismo civilizado” que advierten de multas ante este tipo de actuaciones e incluyen una guía que pronto se entregará en el momento de contratación de los viajes.
También se emite en estos momentos un programa televisivo en una cadena privada en el que se pone de manifiesto la falta de modales de los ciudadanos chinos cuando hacen turismo, informaEuropa Press.
Españoles e italianos “también lo hacen”
Dentro del sector, sin embargo, también hay empresarios que salen en defensa del turista chino. Explican a Europa Press que hay una “persecución” de los viajeros del país asiático. Afirman que no son los únicos que hablan alto en los restaurantes, ya que españoles e italianos también lo hacen y no se les critica, sino que se considera un rasgo cultural.
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