Al año, miles de peatones, ciclistas, conductores y pasajeros mueren a raíz de accidentes de tránsito. Con el fin de reducir el número de víctimas y de personas heridas, diferentes iniciativas a nivel mundial le están apostando a crear soluciones que le brinden a las personas mayor confianza al desplazarse por las calles.
La mayoría de estos proyectos se centran, por un lado, en la creación de sistemas de alerta que prevengan al conductor de un posible choque y, por otro, en ideas de planeación urbana que modifican la malla vial en pro de la seguridad de quienes la transitan.
Ciclorutas separadas de la malla vial
Un reporte de Embarq, centro de información que ayuda a las ciudades a implementar soluciones sostenibles para mejorar los problemas de movilidad, revela que la construcción de extensas ciclorutas separadas de las vías por donde transitan los vehículos, proporcionan mayor seguridad a los ciclistas. En ciudades como Copenhagen y Nueva York, la construcción de una infraestructura bike friendly ha tenido un gran impacto en la reducción del número de muertes y heridos.
A finales del siglo pasado, la capital de Dinamarca reportaba 180 ciclistas, entre víctimas mortales y heridos, por cada millón de kilómetro de cicloruta, medida con la cual se establece el volumen de bicicletas que transitan por los caminos especializados.
Con la construcción de ciclorutas para los ciclistas, alejadas de la malla vial, este número se redujo a la mitad: en el 2009, la cifra de ciclistas muertos o lesionados fue de 90, y sigue disminuyendo.
Intersecciones seguras para los ciclistas
A pesar de los esfuerzos por crear vías especiales para los ciclistas, las largas extensiones de cicloruta aún tienen un inconveniente: las intersecciones, espacios compartidos por vehículos, peatones y ciclistas, donde no existe muchas veces la señalización adecuada para prevenir accidentes.
Con el fin de diseñar ciudades futuristas donde exista seguridad vial en las avenidas y calles, el planeador urbano estadounidense, Nick Falbo, diseñó un proyecto que busca crear intersecciones seguras para los ciclistas, de modo que puedan atravesar una calle sin tener miedo a ser arrollados.
El plan consiste en implementar señales de pare, un paso de cebra exclusivo para ciclistas, señales de semáforo dirigidas a las personas en bicicleta y esquinas en forma de isla, donde los ciclistas pueden esperar la señal de tránsito adecuada para cruzar.
Proyectos similares ya han sido diseñados y desarrollados en países como Inglaterra y Holanda, que dan la posibilidad de integrar de manera segura a los ciclistas a las calles. Estos proyectos permiten re-diseñar y re-pensar los espacios urbanos en pro de la seguridad vial, pues la tendencia a reducir las víctimas y los heridos en las avenidas crece de manera exponencial.
Confianza para los peatones al cruzar las calles
Al igual que los ciclistas, las personas ponen en peligro su vida al cruzar las extensas avenidas de las ciudades. La mayoría de accidentes ocurren porque los conductores no cuentan con la visibilidad necesaria para ver a un individuo que está a punto de cruzar la calle. Es por esto, que diferentes proyectos de planeación urbana han buscado la manera de que la presencia de los peatones se haga evidente frente a los ojos de los conductores, para reducir los accidentes donde los más vulnerables son los transeúntes.
Según un artículo de la revista Fast Company, en la ciudad de San Francisco son atropellados tres peatones a diario. Es por esto que entidades gubernamentales de esa ciudad están pensando en implementar un proyecto de planeación urbana: rediseñar los cruces peatonales.
El rediseño consiste en construir esquinas elevadas de tal manera que las personas sean más visibles. Así mismo ‘colorear’ las zonas compartidas, para que conductores y peatones estén alerta de que están en un lugar híbrido, donde la prioridad es la vida de quienes van a pie.
Un sistema alemán, desarrollado por la Technical University of Munich (TUM), también va por la misma línea: alertar a los conductores y mejorar la visibilidad de los peatones. Se llama Ko-TAG y consiste en un sistema integrado de sensores: un dispositivo, que carga el peatón, detecta su movimiento con el fin de alertar al conductor si un individuo está cerca para prevenir posibles accidentes.
Por otro lado, Traffic Tech, una compañía australiana que desarrolla productos para el sector de la ingeniería civil, desarrolló el Tactile Pedestrian Pad, una especie de tapete que es ubicado en la salida y entrada de los cruces peatonales. El ‘parche’ detecta cuando los peatones están esperando a cruzar una avenida, de tal manera que modifica las señales de tránsito para que los vehículos se detengan cuando una persona quiera cruzar la calle.
Esta innovación, además de brindar seguridad a los transeúntes, mejora el flujo vial, pues los vehículos se detienen únicamente cuando haya peatones esperando, al contrario de un semáforo que hace a los carros detenerse aunque no haya personas cerca.
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Sistemas de alerta para los conductores
La mayoría de proyectos de seguridad vial para los conductores y pasajeros de los vehículos se engloban dentro de la categoría de ADAS (Advanced Driver Assistance Systems), que se definen como una serie de tecnologías electrónicas, que ayudan a prevenir accidentes causados por error humano.
Según un informe del Texas Instruments, fabricante de tecnologías de la información, el número de vehículos que cuentan con sistemas ADAS está creciendo de manera exponencial: una investigación realizada por la firma de investigación IHS Inc. revela que el 25% de los carros a nivel mundial cuentan con tecnologías que detectan la visión de objetos laterales, es decir, previenen los riesgos del punto ciego.
Una de las compañías líderes en proveer sistemas ADAS, es Mobileye. La tecnología de Mobileye está integrada en vehículos de marcas reconocidas como Hyundai, Ford, BMW, entre otras, y consiste en una cámara inteligente en la parte delantera del automóvil, la cual ‘percibe’ los objetos, bien sean personas, bicicletas, postes u otros carros, para alertar al conductor en caso de un posible choque.
Gracias a los sistemas ADAS, en un futuro se podrá reducir drásticamente los accidentes causados por error humano, creando carros que puedan responder de manera independiente a cualquier peligro.
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Por su parte, la compañía fabricante sueca Volvo, que también ha integrado los sistemas ADAS, se ha preocupado por reducir al máximo las cifras de víctimas y heridos en los accidentes de tránsito.
Para lograr su objetivo, Volvo está equipando sus vehículos con cámaras y sensores capaces de detectar la reacción humana frente a posibles peligros en la malla vial, con el fin de establecer cuáles son los errores más comunes y desarrollar tecnologías que permitan que el carro ‘complemente’ la respuesta del conductor.
Comunicación entre vehículos
Una innovación importante que no hace parte de los sistemas ADAS, pero que sin duda revolucionará la seguridad vial del futuro es la tecnología V2V (Vehicle-to-vehicle): un sistema que permite a los carros comunicarse entre sí, de tal manera que se pueden evitar accidentes, gracias al intercambio de información. Los vehículos que utilicen la V2V tendrán la posibilidad de detectar y conocer la velocidad de otros carros que se encuentren dentro del perímetro cercano y establecer si representan un riesgo potencial.
Además de prevenir accidentes de tránsito y salvar millones de vidas, la tecnología V2V representa una oportunidad para mejorar la movilidad en las ciudades y para conocer datos exactos, como la densidad del tráfico y el número aproximado de vehículos que transiten por la malla vial.
Aunque aún no se puede dar certeza de que en un futuro las ciudades vayan a ser espacios cien por ciento seguros para ciclistas, peatones y conductores, sí se puede afirmar que los proyectos de planeación urbana emergentes y las nuevas tecnologías integradas a los vehículos reducirán drásticamente el número de víctimas en los corredores viales de las principales ciudades del mundo. Más allá de proponer soluciones que minimicen el peligro en las calles, es reimaginar y repensar un espacio urbano donde los accidentes de tránsito no sean una causa de muerte común, sino un acontecimiento inusual y poco frecuente.
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