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  • Foto del escritorRamiro Parias

Las 10 mejores piscinas urbanas del mundo

Destacamos diez santuarios de agua diseminados por el mundo, privados y públicos, que por sus particulares características conviene calarse en ellos.

Marina Bay de Singapur: bañarse en el cielo

Con fama de ser la piscina elevada más larga del mundo (150 metros), también se encuentra entre las más altas. Para llegar a ella hay que embarcarse en el ascensor del hotel de gran lujo Marina Bay Sands (Singapur) y pulsar el botón del piso 57. Allí, sobre tres inmensas torres, se construyó la azotea, el mayor voladizo del mundo, que contiene un complejo dedicado al baño, con una capacidad para casi cuatro mil personas, que pueden disfrutar de una privilegiada vista panorámica de la espectacular geografía urbana sumergidos en el agua. Seguro que muchos recuerdan haber visto esta imagen del cielo de Singapur. Dispone de jacuzzis y zonas reservadas para niños acompañados por familiares. Para relajarse en este espacio solo se requiere esta condición: alojarse en el hotel, aunque también aceptan invitados de clientes.

Budapest: relajación y partidas de ajedrez en el agua

Un templo del agua es la expresión que mejor define el complejo de piscinas de Széchenyi. Desde la Plaza de los Héroes de Budapest (Hungría), en un paseo de apenas mil metros, se alcanza el número 11 del bulevar Állarkerti, dentro del Parque de la Ciudad. El caminante se encontrará con un imponente conjunto arquitectónico de estilo neobarroco que alberga quince piscinas, tres de ellas al aire libre, cuyos fondos de mosaico azul juegan con los colores blancos y amarillos de las fachadas. Entre algunos nativos se cultiva la costumbre de organizar partidas de ajedrez con medio cuerpo en el agua. Para los húngaros, estas pisicinas son lo que para el resto un encuentro en la plaza del pueblo, es el lugar de reunión por excelencia. Las piscinas gozan además de una pléyade de temperaturas, aptas para cualquier temporada y por las noches constituyen un centro de fiestas muy animadas.

Bruselas: bucear en la piscina más profunda

A pocos minutos del centro de Bruselas (Bélgica), en el barrio de Uccle, un cúbico edificio alberga la piscina urbana más profunda del mundo. Diseñada para impartir cursos de buceo, también acoge a iniciados al submarinismo que busquen divertirse con su pasión sin necesidad de sumergirse en las aguas marinas. Se llama Nemo 33, un nombre inspirado en el viaje oceánico de Julio Verne que hace honor a la aventura que supone descender hasta 33 metros. La cavidad está rodeada de ventanas desde las que se puede ver todo lo que pasa en el interior de la piscina, dividida en varios niveles que se acomodan a las necesidades del cliente, incluidos los pasadizos en la zona de los descubrimientos. En otro edificio que la envuelve se encuentran todas las instalaciones de restauración, vestuarios y aulas.

Todo Santiago de Chile desde la piscina

Lo interesante de la piscina Antilén es su emplazamiento, una atalaya natural desde la que se observa la panorámica perfecta de la ciudad de Santiago de Chile arropada por la cordillera de los Andes. El territorio que acoge sus 92 metros de largo es la cima del monte Chacarillas, a 800 metros sobre el nivel del mar, hasta donde conduce una carretera que durante la semana es el camino habitual de taxis, ciclistas y peatones, salvo los fines de semana, que solo pueden circular los autobuses que se acercan al Parque Metropolitano, complejo al que pertenece la piscina. En uno de los bordes interiores, un recinto amurallado separa el recinto infantil de baño. Tras disfrutar en sus cálidas aguas, los alrededores son muy aconsejables para pasar un buen día de picnic con la tradicional bebida mote con huesillo.

Un kilómetro de piscina

En la costera ciudad chilena de Algarrobo, construida a partir de poderosos hacendados del trigo, por la avenida Carlos Alessandri, a unos tres kilómetros se encuentra la piscina más grande del mundo, frente al Pacífico, en el interior del complejo residencial San Alfonso del Mar. Por sus dimensiones, más de mil metros de longitud y 80.000 metros cuadrados, además de baños deliciosos se puede practicar la vela, el surf y el buceo. Funciona gracias a un sistema de extracción de agua marina que luego se purifica con un método de oxigenación a presión. Se trata de todo un complejo dedicado a las actividades recreativas relacionadas con el agua.

Berlín: nadar en el casco de una barcaza

Como principal río de Berlín, los meandros del Spree culebrean por el mapa de la capital de Alemania, en la actualidad en horas altas con la celebración del 25 aniversario de la caída del Muro. En los finales del XIX y principios del XX, el río Spree se encontraba tan presente en la vida ciudadana que en sus orillas existían barcazas dedicadas al refrescante baño público (spreebrücker), tradición que se perdió en los avatares bélicos y contaminantes. Ahora, en el oeste urbano, en el barrio de Treptow, muy cerca del puente Oberbaumbrücke, el casco de uno de esos barcos ha sido transformado en piscina flotante pública. En verano, sus 240 metros cuadrados acogen a numerosos nadadores que también pueden disfrutar de la playa simulada que la acompaña. Una singular piscina que parece sumergida en las aguas fluviales, y que por obra de la ingeniería y el caudal de agua puede flotar o descansar sobre el lecho del río.

Nueva York: mirada acuática sobre Manhattan

Fue en el sureño Estado de Louisiana (Estados Unidos) donde, tras largo tiempo de búsqueda, hallaron la barcaza más apropiada, después la trasladaron a Nueva York y se convirtió en la única piscina flotante de la ciudad. Se trata de un regalo de la Fundación Neptuno y, aunque se coloca en distintos emplazamientos para que su sombra en invierno no moleste a la fauna fluvial, se localiza habitualmente en el cauce del East River, en el Bronx. Quienes optan a un baño en esta piscina pública tienen la oportunidad de refrescarse ante las sensacionales vistas de Manhattan. Se accede mediante dos pasarelas y consta de un edificio central con cafetería, vestuarios, duchas y la zona de juegos de agua infantiles, espacio por donde se baja a la piscina olímpica, con siete calles. Por las noches, la iluminación se suma a los atractivos.

Copenhague: agua marina y diseño de vanguardia

Cuando en Copenhague (Dinamarca) se siente el calor del verano, muchos ciudadanos acuden a la invocación que, desde el Mar Báltico, les hace una atractiva piscina muy próxima a la ciudad, característica que le dota del carácter de urbana. Desde el centro de la ciudad se llega en unos minutos al barrio de Kastrup, uno de los lugares con playa, desde la que sale hacia el mar la plataforma que dirige a los nadadores hacia Kastrup Sea Bath.  De forma circular, para evitar vientos molestos, la estructura está diseñada con maderas y acero galvanizado, que le otorga una apariencia cambiante. Los bañistas disponen de vestuarios y servicios sanitarios. Se trata de una original piscina de ciudad que oferta los placeres del agua marina.

Sidney, entre veleros

La antigua zona de Sidney Domain Baños, en la bahía Woolloomooloo, fue reformada en 1968 y recibió el nombre del plusmarquista australiano Andrew (Boy) Charlton Pool (medalla de Oro en París en los Juegos de 1924), cuyas letras iniciales componen el apelativo con el que se le conoce entre los habitantes de la ciudad: ABC. Así se llama la piscina que garantiza a los bañistas unas impresionantes perspectivas del puerto de Sidney, de agua salada, climatizada, con ocho calles y al aire libre.  La mejor manera de llegar hasta este recinto acuático es dirigirse hacia los Jardines Botánicos Reales, ya que se encuentra en uno de sus márgenes. Cuenta con instalaciones de hostelería, sillones y amplia zona de sombra. Chapuzones seguros entre veleros y yates.

La reina de Vancouver

Si la canadiense Vancouver pertenece a la lista de las mejores ciudades para vivir, su barrio de Kitsilano se ha ganado la fama como hábitat de bienestar, donde reside una clase media alta. Es la zona de playas, centros de interés cultural y escenario de grandes eventos. Como una de las atracciones favoritas figura su piscina al aire libre, paralela al paseo marítimo de la verde avenida Cornwall. Con sus 137 metros de longitud, la Kits está entre las más largas del mundo de agua salada y climatizada, características que la convierten en la reina de las piscinas urbanas de la ciudad, con una posición privilegiada para contemplar la Bahía Inglesa y su imponente puerto.

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