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Foto del escritorRamiro Parias

Los peligros de viajar como mochilero

Y es que viajar en sí es un peligro: el peligro de enamorarte (de una cultura, una comida, de ritmos y ¿por qué no? Del amor de tu vida), el peligro de hacerte más rico cultural y espiritualmente, o el peligro de ganar unos kilos de más con los suculentos manjares de ciertos destinos…

Pero hay unos peligros que les quiero mencionar hoy y que me gustaría que consideraran antes de emprender ese tan soñado viaje por el mundo.

Uno de los peligros de viajar como mochilero es a un cambio definitivo en tu forma de ser: Yo les prometo que jamas volverán a ser los mismos!

Es impresionante cómo el orden de tus prioridades cambia al empezar con esta vida de viajero. Y esto lo digo porque era lo que me pasaba cuando empecé a viajar.

En un principio, cuando recién salí de la universidad mis prioridades vitales eran conseguir un gran trabajo en una muy buena empresa para poder ahorrar un buen dinerito y poder llevar una buena calidad de visa, incluso para poder ahorrar y viajar; pero luego empecé a descubrir que no quería trabajar todo un año para disfrutar solo 15 diitas.

Y así, todo fue cambiando en mi vida…

Entendí que la vida era de todos los días y no solo algo de un fin de semana o un mes de vacaciones en el Caribe. Entendí que quería vivir cada fracción de segundo de tal manera que luego pudiera decir que lleve una vida feliz, que es muy distinto a decir que tuve momentos de felicidad en la vida.

Ya no pensaba en que quería mucho dinero, pero si en que quería más tiempo para VIVIR. Que tomar un bus, tren o un avión para adentrarme en una comunidad -con una cultura totalmente opuesta a la mia- me hacía más feliz que tomar un vuelo a un complejo hotelero súper lujoso y asistir a una reunión de negocios.

Lo más interesante de este peligro es que tus complicaciones y preocupaciones se reducen a cosas más simples de las que antes se tenían.

En mi caso por ejemplo, todos esos pensamientos que me atormentaban (sobretodo la presión social que me metían mis amigos) desaparecieron como por arte de magia de la noche a la mañana, abriéndome así las puertas a un Daniel mucho mas creativo, ingenioso y recursivo.

“Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”. Mark Twain

El segundo peligro a tener en cuenta es al de no ser capaz de volver a esa “version antigua de ti mismo”, ya que viajar te permite encontrarte, o más bien reencontrarte con ese tú que antes no conocías, y que en mi caso, era un espíritu nómada y aventurero que llevaba dormido en lo mas profundo de mi ser.

Viajar te ayuda a desarrollar tu instinto de supervivencia y conocer el aspecto más extremo del que eres capaz. Y es algo que les digo como “peligroso”, por que luego de sentir esas nuevas sensaciones (de saber que tan lejos son capaces de llegar) nunca mas podrán llevar una vida simple, por que al igual que los escaladores, quedaran adictos a esa nueva adrenalina de viajero.

Pero, el verdadero peligro al salir de casa es que te quieras quedar!

Es como bien peligrosa la situación de que nunca quieras volver y preferir quedarte con todo el encanto y romanticismo de París, el descanso y el tropicalismo de Hawai, la historia y arquitectura propias del Medioevo en Edimburgo (Escocia), la magia y el encanto de , las excentricidades tecnológicas en Japón, los paisajes de película en Nueva Zelanda o la gente y su idiosincracia en Colombia …Cualquiera que sea el atractivo, siempre habrá una razón para querer quedarte.

Así que parceros, estén preparados para este gran peligro que enfrentamos los viajeros…Felices viajes.

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