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  • Foto del escritorRamiro Parias

Una bicicleta que ‘se come’ la polución del aire de la ciudad

Dentro de la corriente de innovación enfocada a potenciar el uso de la bicicleta se han abordado asuntos como la seguridad física de los ciclistas, la conversión de cualquier bici en eléctrica o el uso de dispositivos inteligentes para potenciar su lado deportivo y de ocio.

Pero en este caso, la idea es aportar una función extra: una bici que limpia el aire. “Queremos diseñar productos que puedan reducir la contaminación de las ciudades, y nos decidimos por una bici porque creemos que son vehículos respetuosos con el medio ambiente. Ir en bicicleta reduce los atascos en las ciudades, y queríamos aportarle más valor añadiéndole esta capacidad de reducir la contaminación”,explica Silawat Viraku, director creativo de Lightfog, compañía tailandesa autora del diseño.

¿Cómo funciona el invento? Como decimos, de momento la idea solo está plasmada en un concepto. La idea es equipar la bici con un filtro en su parte delantera, por el que entra el aire y en el que se quedan las partículas de polución. El aire sale, ya limpio (o al menos más limpio) en dirección al ciclista, que así respira mejor.

Al mismo tiempo, en el cuadro de la bicicleta se encuentra un sistema de fotosíntesis, que libera oxígeno generado a partir de la aplicación de electricidad al agua contenida en un pequeño tanque. Todo funciona gracias a una batería de ion-litio.

Se supone que la bici puede ejercer esta función añadida cuando está en marcha, pero también mientras se encuentra estacionada, gracias a esa batería eléctrica. El resultado es que las ciudades podrían llenarse de pequeñas unidades de filtrado del aire que beneficiasen no solo a su dueño, sino también a todos los demás.

Un largo camino por delante

Al diseño aún le quedan detalles por pulir. Los autores no han revelado, por ejemplo, cuánto tiempo durará el filtro o las baterías o qué capacidad tendrá el tanque de agua. La intención de Lightfog es producir un prototipo muy pronto, y eso podría desvelar más sobre el resultado final.

Sin embargo, solo el concepto ya está cautivando a más de uno, y de hecho, ha sido premiado con un Red Dot Desight Award en la categoría Green.

Y no es de extrañar. La bici es una de las formas más saludables de moverse por la ciudad, pero tiene varios riesgos y la exposición de la contaminación es uno de ellos.

Podemos pensar en las grandes urbes chinas, donde la polución limita la visibilidad en sus días más críticos, pero no hace falta irse tan lejos: Barcelona activaba esta misma semana el protocolo de contaminación ambiental, recomendando que se evitara practicar deporte al aire libre, y la boina gris que se puede ver sobre Madrid desde las afueras de la ciudad es ya una tristemente célebre seña de identidad de la capital.

Irónicamente, los usuarios de uno de los transportes más respetuosos con el entorno son los que más expuestos están a esa contaminación. Por eso, una bici que proporciona al ciclista aire limpio ya sería una buena idea. Si es cierto que puede proporcionárselo también a los demás, alcanza la categoría de genialidad.

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