Con la llegada de diciembre, no solo inicia la temporada de luces, reuniones y celebraciones; también aflora una mezcla compleja de emociones que afecta la forma en que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos. “En un periodo que idealizamos como festivo y reconfortante, es frecuente observar un aumento en episodios de ansiedad, depresión, y en ocasiones, de agresividad” afirma el psicólogo clínico Mauricio Cadena Rodríguez, con maestría en neuromanagement.
"Diciembre activa en nuestro cerebro circuitos emocionales intensos por la carga cultural que hemos asociado a estas fechas: felicidad, unidad y nostalgia," explica Cadena Rodríguez y agrega que, "cuando nuestras expectativas no coinciden con la realidad, esto puede desencadenar frustración, ansiedad e incluso episodios de agresividad."
Según el especialista, el bombardeo de estímulos propios de esta época –como las reuniones familiares, las responsabilidades económicas y la presión por cumplir ideales de felicidad– genera en muchas personas un estado de vulnerabilidad emocional.
Los niños, por ejemplo, son especialmente sensibles a los estados emocionales de los adultos. “Los pequeños perciben las tensiones y conflictos de los adultos en casa, lo que puede generar en ellos inseguridades o conductas disruptivas,” apunta Cadena. En ese sentido, recomienda que los adultos gestionen sus emociones para brindar un entorno seguro y afectuoso, evitando que la ansiedad de la temporada afecte a los más jóvenes.
En las parejas, diciembre puede amplificar tanto los conflictos latentes como los gestos de afecto. "Si no se comunican adecuadamente, las tensiones acumuladas pueden explotar, haciendo de una simple diferencia un conflicto mayor," menciona el psicólogo.
La "Susceptibilidad de Diciembre"
Uno de los aspectos que caracteriza este periodo es lo que Cadena Rodríguez, denomina "susceptibilidad de diciembre" por lo que ha aprendido como capacitador en talleres experienciales. Esto se refiere a cómo las memorias emocionales, muchas veces asociadas a pérdidas o eventos pasados, resurgen con fuerza durante esta época. "Es un mes donde somos más propensos a reflexionar sobre nuestra vida, lo que nos lleva a experimentar desde nostalgia hasta sentimientos de insuficiencia," detalla el experto.
Además, el cambio en las rutinas y el cansancio acumulado del año pueden disminuir la capacidad de tolerancia y aumentar los niveles de estrés.
Claves para una convivencia saludable en diciembre
Algunas estrategias para vivir esta temporada de forma más consciente y armoniosa, según el especialista son:
Comunicación asertiva: tanto en pareja como con los niños, expresar los sentimientos de forma respetuosa puede prevenir conflictos.
Busca momentos de pausa: dedicar tiempo a actividades que reduzcan el estrés, como la meditación, el ejercicio físico o simples momentos de silencio.
Apoyo profesional: si los sentimientos de ansiedad, tristeza o agresividad son recurrentes, es fundamental buscar un profesional de salud mental.
Diciembre puede ser un reto emocional, pero con las herramientas adecuadas, también puede transformarse en un mes de reconciliación, crecimiento y fortaleza emocional. El experto invita a aprovechar la temporada vacacional como una oportunidad para construir relaciones más sólidas y afectuosas, “las fiestas pueden ser un momento de conexión profunda si elegimos la empatía y la comprensión como ejes de nuestras interacciones,” concluye Cadena.
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